PRESENTADO POR:
ISMELDA BEDOYA MENDOZA
DERCYSALCEDO MENDEZ
JOHANA PATRICIA QUIÑONES
CAROLINA SALAZAR TORREZ
Docentes en formación debemos pensar, que el educar no es solo instruir conocimientos, si no también formar el carácter o formar moralmente a las personas.
El docente debe pensar en la formación moral y ética con un propósito explicito e intencional de la escuela abriendo espacios privilegiados para la formación moral de los estudiantes ya que nuestra sociedad requiere una escuela que promueva una buena formación que haga posible la convivencia justa y propicie valores de reconocimiento del otro y de la diferencia, enseñando el respeto mutuo, solidaridad y cooperación
Docentes esto implica espacios de dialogo y reflexión, individuales y colectivos, de tal manera que permita construir en los estudiantes formas de ser y capacidades de juicio y acción para enfrentar conflictos morales, dentro y fuera de la escuela, en el presente y en el futuro que los formen como ciudadanos.
Muchas veces los maestros creen que los niños, niñas ya tienen las competencias para actuar plenamente.
Si vemos la educación es un proceso en el cual los niños@ se van formando, los maestros debemos posibilitar condiciones para que ese proceso se desarrolle de la mejor manera.
El buen maestro puede en cualquier momento convertirse en la figura que se refleja en el espejo del inconsciente del niño remplazando al padre o a cualquier otro modelo que el niño haya escogido antes.
El maestro debe tener conciencia de que puede convertirse en la imagen del padre o de la madre y debe aceptar el reto y convertirse en el modelo digno de imitación.
El maestro tiene que ser consiente de su papel formador que se vuelve primordial para el desarrollo de la creatividad y curiosidad y de habilidades intelectuales como lectura, escritura, cálculo historia y geografía creando en los estudiantes altos valores humanos, acompañado de cariño hacia el mismo, hacia el maestro y la institución.
Recomendamos por tanto que cada día, en cinco minutos antes de la clase se desarrollen actividades, se inventen juegos o simplemente se dirija un interrogatorio informal e impersonal sobre los temas que enumeramos antes.
Por qué el ser maestro implica saber que el arma más importante que tiene para transformar una vida es la actitud. Sabe que el objeto fundamental de la educación es despertar en sus hijos la capacidad para comprenderse así mismo mediante el amor propio y el servicio a los demás.